domingo, 26 de septiembre de 2010

Mi Caballero

Hemos quedado en el andén de la estación de Nuevos Ministerios. Quince minutos, solo puedo verte quince minutos. Tus palabras retumban en mis oídos una y otra vez. Nos conocemos hace un año y sin embargo nunca nos hemos visto en persona. Pero te conozco perfectamente, cada milímetro de tu piel ha sido recorrido ávidamente por mis ojos, me sé de memoria cada inflexión de tu voz, tu risa… todo menos tu tacto, tu olor, tu sabor… Ni siquiera sé cómo he logrado convencerte, tú te sientes bien tal y como está nuestra relación, y no tengo sitio en tu realidad, pero yo necesito más, el calor de tu piel contra la mía, recorrerte como una gata en celo con mis dedos, con mi lengua, saborearte, aprenderme de memoria cada recoveco de tu anatomía…

Quince minutos, me dijiste, solo quince minutos. Este andén te da la seguridad de que no pasará nada, de que yo seguiré siendo parte de tu fantasía… y sin embargo vamos a vernos cara a cara.

Llegas puntual, te veo mientras tus ojos recorren el espacio que nos separa hasta que me encuentras. Tu expresión es cauta, como si tuvieras miedo ¿de qué? Soy yo, sigo siendo yo, tu confidente, tu amante de madrugadas solitarias, sigo siendo yo…. Nos miramos frente a frente, mientras la gente pasa deprisa a nuestro alrededor, nos miramos y yo solo quiero besarte. No me atrevo, sé que no quieres cambiar las cosas, pero es tan difícil estar después de tanto tiempo cerca de ti y no poder tocarte… Te mueves, me abrazas por la cintura bajo el abrigo y entierras tu cabeza en mi cuello, sobre mi hombro. No quiero moverme, sólo mis manos te abrazan como respuesta, no sé qué pensar, quieres, no quieres… Solo un beso, me dices al oído, solo uno y me marcho…

Como cambiar el sentido de rotación de la tierra, como apagar el sol, cómo convencerte en un beso de que esto es real, que puede ser real… Pienso en la forma en que me he vestido, en cómo te he llevado hasta aquí y siento dudas… hasta que tu boca roza la mía. Entonces no existe el pensamiento ni la razón, solo el sabor de tu boca, tu lengua buscando la mía, tus manos apretándome contra ti. Un beso es todo el tiempo que necesito para que desees más, para que no puedas decirme que no….....

Vámonos, me dices, vámonos

No hay comentarios:

Publicar un comentario